En muchas viviendas, comunidades de vecinos o locales comerciales, los obstáculos arquitectónicos más urgentes no implican grandes desniveles, sino algunos escalones o saltos de nivel de planta baja a planta primera. Estos recorridos cortos pueden representar una barrera significativa para personas con movilidad reducida, en silla de ruedas, mayores o con dificultades momentáneas.

Para esos casos, las soluciones más prácticas y eficientes suelen ser las plataformas verticales y las plataformas salvaescaleras. En Acros estamos especializados en ellas: no sólo como productos, sino como parte de una filosofía de accesibilidad real, práctica y diaria. 

A continuación, te contamos en qué consisten, sus ventajas y cuándo conviene una u otra opción.

¿Qué son y cómo funcionan?

Plataformas verticales para accesibilidad

Las plataformas verticales son dispositivos que permiten subir verticalmente una plataforma o cabina entre dos niveles con poca separación. No siguen el trazado de una escalera: su movimiento es estrictamente vertical. En Acros contamos con modelos diseñados para uso doméstico, comercios o comunidades, adaptados tanto a huecos abiertos como cerrados. 

Plataformas salvaescaleras

Las plataformas salvaescaleras, en cambio, se desplazan a lo largo del recorrido de una escalera, montadas sobre rieles o guías inclinadas. Estas plataformas son apropiadas cuando el desnivel a salvar coincide con una escalera existente y no es viable construir un hueco vertical para un elevador. Conoce las posibilidad de plataformas para escaleras cuervas o rectas.

Ventajas de estas soluciones frente a alternativas tradicionales

  1. Menor coste y menor impacto constructivo. En muchos casos no es necesaria una obra mayor: la instalación se puede adaptar al entorno existente (escaleras, muros, huecos) con mínimos trabajos estructurales.
  2. Adaptabilidad a espacios reducidos. Tanto las plataformas verticales como las salvaescaleras de diseño compacto pueden instalarse donde no hay espacio para un ascensor convencional.
  3. Rapidez de instalación. Al compararse con ascensores completos, estos sistemas requieren menos tiempo de montaje y puesta en marcha.
  4. Incremento de autonomía y calidad de vida. El usuario puede desplazarse sin depender de ayuda externa, lo que fomenta la independencia diaria.
  5. Cumplimiento normativo y garantía de seguridad.  En Acros aseguramos que todos nuestros equipos cumplen la normativa vigente y se instalan con sistemas de seguridad robustos.
  6. Estética y personalización.  Los equipos pueden personalizarse en acabados, colores y ajustes para integrarse armónicamente con el entorno arquitectónico.
  7. Rentabilidad social y de imagen. En edificios públicos, comunidades o locales, disponer de accesibilidad es una obligación legal en muchos casos, pero también valor añadido en términos de imagen, inclusión y responsabilidad social.
  8. Mantenimiento razonable y durabilidad. Estos sistemas están diseñados para su durabilidad en el tiempo.